A principios del siglo XX el lugar se encontraba casi virgen, salvo las incursiones de pobladores paceños en busca de leña y algún pequeño ranchito establecido en el área, el sitio permanecía ocupado por la flora y fauna característicos de la región. Durante las primeras décadas de la centuria de 1900, solo algunos pocos pobladores llegaron a establecerse en el sitio, sobretodo, para dedicarse principalmente a la  ganadería.

     Hasta el momento no es posible precisar los nombres de estos primeros pobladores pero, uno de los  primeros nombres que se mencionan es el de Don Antonio Cota, como dueño de un ranchito establecido hacia la porción más nororiental del lugar y que se dedicaba a la crianza de animales así como a la siembra de algunas hortalizas y frutales. En esta propiedad existía una noria o pozo para la extracción de agua, elaborado desde tiempos muy remotos, pero el agua que se obtenía a través de una rondana con cuerda para descender una cubeta o balde con ellos, era de una mala calidad debido a la gran cantidad de sales que contenía.

     Posteriormente esta propiedad paso a manos de don Trinidad Sánchez Cota, tío de  una de las personas que la comunidad reconoce como miembro fundador,  que nos comenta:

“me toco ya verla ya, ya estaba la perforación, yo creo que mi papa cuando hicieron los corrales ya papa ya murió como de setenta y tantos años y el ya me platicaba que ya estaba cuando el  andaba chamaco aquí”. Y continua: “se jalaba con noria, o sea que se jalaba con una rondanilla, un pozo, nomas que estaba ademado con puro tubo, yo creo que no hace mucho hora que mi tío ya que sacaron el tubo de ahí de la perforación, porque estaba la pila y todo, pero la perforación si estaba todavía me toca verla a mi…esa perforación la hicieron unos gringos, que  juntaron ese terreno, lo tenían paa llevar cosillas así, por ejemplo chollas cosas  pa fuera, y le clavaron mal la barrena de la perforación a la, a lagua y sacaron agua salada, mi tío me platicaba a mi que había, ah y mi papa también me decía, que había grado que, que sacaban un tambito de agua y  de adrede le echaban en la orilla en el pretil de del pozo donde estaba y  se hacia una bola de sal, demasiada salada que no se podía tomar  y al que la tomaba pues se purgaba porque tanta sal y muchas personas así, en tiempo de calor así como ahorita agarraban y tomaban esa agua y los purgaba y con sed  y aquí en el monte”. 

     Este señor, Don trino Sánchez, tenía una carreta con la que  transportaba flores y plantas de clavel que el mismo cultivaba para después comercializarlas, pero esto ya sucedió en épocas mas recientes.

     Así, antes de 1976, que es una fecha de significativa importancia debido a un acontecimiento que se suscito durante el mes de Septiembre de este año y que fue el arribo de un huracán tropical recordado como el  “Ciclón Liza”. Este fenómeno meteorológico es constantemente mencionado por la población debido a la gran cantidad de muertos que provoco en la Ciudad de la Paz por el desbordamiento de los arroyos, en la colonia solo habitaban algunos pocos rancheros ubicados dispersamente en el área.

     A principios de la segunda mitad de 1900 surgen nombres como: Don Jerónimo Toyes, Ricardo Hirales,  Juan Sánchez,  Ricardo Ceseña,  Antonio Sánchez, Ramón Sánchez, Pablito Sánchez, Vicente Gastelum y  Jesús Castillo entre otros.  Todos dedicados a la crianza de ganado y provenientes de la ciudad de Paz o lugares cercanos a ella. 

          Después del Ciclón Liza fue difícil que se establecieran habitantes en la zona ya que La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), declaro el lugar como Zona de alto riesgo. Por estas fechas los terrenos  más cercanos al arroyo pertenecían en su mayor proporción a los hermanos Fernando y Armando Esquer Ibarra. 

    

     Por estas fechas, a finales de la década de los 70’s, el sitio aún no lograba conformarse como una localidad. Uno de sus residentes rememora aquellos años con nostalgia cuando, con mucha emoción nos narra su historia de vida con las siguientes palabras:

 “Cuando estaba chamaco, tenia como unos diez años, pues era puro monte aquí, eran puras vereditas, unas cuatro o cinco veredas nada mas había,  y que entraba por el arroyo, no estaba la carretera pues, en vez de agarrar el arroyo rumbo a la carretera acá arriba donde agarra la lomita, agarraba a mano izquierda uno por el basurero pues, para salir a los planes, entonces no había acceso para acá, sino por el arroyo, y eso no había otra cosa sino pura vereda. En ese tiempo puro puerco, mucho puerco”. 

          

     Fue aproximadamente desde el inicio de la década de los 80’s cuando la colonia empezó a experimentar un crecimiento mas acelerado, aunque aun por estas fechas los asentamientos en el lugar eran dispersos  y sin orden, las personas seguían llegando asentándose en forma irregular y registrándose como “pequeños granjeros”.

          Durante el periodo Gubernamental del Lic. de Alberto Andrés Alvarado Aramburo (1981-1987) se concluyo la construcción de la carretera estatal numero 286 (la paz-los planes) que se había iniciado el sexenio anterior siendo gobernador Ángel Cesar Mendoza Aramburo(1975-1981). Esta forma de acceso facilitó la entrada de personas a la colonia con el fin de establecerse en  ella.

   

El gobierno sintió como una amenaza esta invasión y trató de desalojarlos. Siendo gobernador constitucional del estado Víctor Manuel Liceaga Ruibal (1987-1993), se ordeno el derribo de las construcciones por medio de maquinaria pesada.  Esta fue una época difícil para los pobladores que ya recidían en la colonia pues tanto el Gobernador Liceaga Ruibal(1987-1993), como su sucesor el Lic. Guillermo Mercado Romero, se propusieron acabar con los asentamientos irregulares en el sitio.