La escuela en sus inicios.

Hasta poco después de 1985 no existía  en el lugar ningún tipo de institución educativa  que atendiera a los alumnos  en edad  escolar. A pesar de las indagaciones que hemos realizado, no nos es posible hasta el momento determinar la fecha exacta en que algún establecimiento de este tipo inicio actividades  en la comunidad. La población estudiantil que tenia la necesidad de cursar su educación primaria, tenia que trasladarse a otras instituciones de la Ciudad que les resultaran mas o menos aledañas, como lo son las Escuelas   5 de Abril, la Estado 30, la Jaime Álvarez Constantino, entre otras.

Fue  hasta finales  de esta década (80s), posiblemente por los años 1987 o 1988 que, como producto de los constantes requerimientos de la población ante la Secretaria de Educación Publica (SEP), se logro que se enviara un docente, tal vez de CONAFE, para iniciar su labor educativa en el sitio. Dentro del comité de Gestión para el el logro de tal objetivo se encontraban las siguientes personas de la comunidad: Silvia Badillo Calvillo, Felipe Lupercio, Bertha  González Vargas, Hugo Rodríguez, José López, Concepción  López, Enrique Morales, Don José Avilés, Juan Sánchez, Jesús castillo soto.

Fue muy difícil lograr que la SEP accediera a la petición y los habitantes se encontraron con mucha renuencia por parte de las autoridades debido a que la comunidad se encuentra asentada en una zona considerada como de alto riesgo, además de que los asentamientos humanos se dieron de manera irregular.

En el lugar donde actualmente se encuentra la Cocina DIF se había construido una tienda CONASUPO apenas 3 o 4 años antes, los terrenos contiguos se encontraban deshabitados. En estos terrenos los pobladores habían elaborado una enramada, sin paredes, para utilizarla como centro de reunión para la comunidad en donde se juntaban cada ocho días para discutir los temas de su interés. Parece que esta parte donde se hizo la enramada pertenecía a una persona reconocida como “El cuate Núñez”, la otra parte pertenecía a “Don Jesús Castillo” quien aun vive enfrente de la escuela. Esta enramada viene a constituirse como la primera escuelita del lugar. Estaba construida con palos, ramas, madera y materiales que los lugareños habían traído para tal fin. No tenía paredes, solo el techo.

Transcurriendo el año de  1988, en un intento por desalojar a los habitantes, siendo gobernador del Estado Víctor Manuel Liceaga Ruibal, introduce en la población maquinaria pesada con la intención de derrumbar las endebles viviendas de los lugareños y entre otras construcciones, la que hacia las veces de edificio escolar. La gente se organizo y con palos, piedras y dientes defendieron la enramada, no permitiendo que la autoridad cumpliera su cometido.

Después la enramada se transformo en un salón largo, grande de madera, con techo de madera por donde se filtraba el agua durante la temporada de lluvias. En este local llego a trabajar la profesora Isabel Cristina Osuna López, como maestra unitaria.

Toda la década de 1990 fue muy difícil ya que las autoridades educativas radicalizaron su posicionamiento en la intención de no brindar ningún apoyo a la institución y a la vez, extremar las disposiciones normativas. Uno de los pobladores comenta: “…no podíamos ni pone un clavo en una pared de la escuelita de agua escondida.

Transcurriendo el ciclo escolar 1991-1992, los pobladores construyen paredes a la escuelita aunque aun seguía teniendo techo de madera, este edificio aun perdura hasta la fecha y hace las veces de dirección, salón de educación especial y biblioteca al a vez. La escuela cuenta con una placa conmemorativa que dice: “Escuela Primaria “Agua Escondida” construida con recursos propios de los pequeños granjeros. Marzo 15 de 1992”.